El proceso de elaboración de la miel tiene una duración de 45 días , donde cada abeja desarrolla una función específica. De este modo, a través del trabajo en equipo, se garantiza el correcto desarrollo del proceso, y por tanto la creación de la miel de gran calidad. A continuación te mostramos en qué consiste este proceso.
Extracción del néctar de las flores
El proceso de elaboración de la miel, comienza con la recolección del néctar de las flores. En este paso, las abejas obreras adultas, es decir, con al menos 21 días, sobrevuelan las flores para extraer el néctar. Para obtener el néctar, rico en azúcares, las abejas liban las flores.
De este modo, cuando los apicultores quieren obtener mieles de determinadas flores, lo que hacen es colocar las colmenas junto a las flores que quieren que polinicen. Así, se elabora la miel de acacia, de romero, etc.
Una vez extraído el néctar de las flores, el proceso de elaboración de la miel, continúa cuando las abejas ingieren el néctar y lo almacenan en su abdomen, denominado “buche melario”. Una vez ingerido, las abejas modifican el pH de la miel al combinarlo con unas enzimas.
Posteriormente, las abejas vuelven a la colmena, donde el proceso de elaboración de la miel continúa. Ahí, estas les pasan el néctar a otras abejas obreras más jóvenes, que extraen y descomponen el néctar a través de diversas digestiones enzimáticas en compuestos más sencillos, ricos principalmente en fructosa y glucosa. Esto le explica el sabor dulce a miel. De este modo, las abejas mastican este néctar durante aproximadamente media hora, hasta que la humedad del néctar pasa del 70% hasta un 20%.
Asimismo, estas enzimas modifican el pH de la miel, situándose en torno al 3,9%, es decir, es un producto muy ácido.
na vez la miel está depositada en la colmena, el proceso de elaboración de la miel continúa con la eliminación del exceso de humedad en la colmena. Para ello, las abejas emplean sus alas para abanicar las celdas y evitar así el exceso de humedad del néctar succionado. De este modo, logran extraer hasta un 80% del agua sobrante.
Posteriormente, para garantizar la correcta conservación de la miel, las abejas sellan las celdas. De este modo, la miel puede conservarse durante muchos años.
El proceso de elaboración de la miel concluye cuando con el paso del tiempo, el néctar creado se une con las enzimas y la cera; obteniendo así la miel su sabor dulce tan característico.
Para eliminar los restos de cera que pueda haber, tras recoger el producto, los apicultores lo dejan en decantación durante unos días. Tras reposar unos días, el producto es filtrado y envasado.
Por otro lado, en caso de tratarse de miel cruda, tras reposar unos días, la miel es envasada directamente. Es decir, no se filtra el producto.